El proceso de fabricación de los cuchillos japoneses típicamente involucra lo siguiente:
Forjado: el acero se calienta a altas temperaturas y se martilla repetidamente para dar forma a la hoja del cuchillo. Este proceso se realiza a mano y requiere habilidad y precisión para garantizar la calidad de la hoja.
Templado: después de forjar la hoja, se somete a un proceso de enfriamiento controlado para endurecer el acero y hacerlo más resistente a la deformación y el desgaste.
Afilar: la hoja se afila y pule para crear una cuchilla fina y afilada que pueda cortar con precisión.
Mango y empuñadura: se agrega un mango y una empuñadura al cuchillo para facilitar su manejo. Los mangos pueden estar hechos de madera, hueso, cuero u otros materiales naturales.
Los materiales específicos utilizados en la fabricación de cuchillos japoneses pueden variar según el fabricante y el tipo de cuchillo. Sin embargo, algunos de los materiales más comunes incluyen:
Acero: los cuchillos japoneses a menudo están hechos de acero de alta calidad, como el acero al carbono o el acero inoxidable. El acero al carbono es conocido por su durabilidad y retención de bordes, mientras que el acero inoxidable es resistente a la corrosión y fácil de mantener.
Hierro: algunos fabricantes utilizan hierro para crear una capa exterior en la hoja del cuchillo. Esta capa exterior se conoce como “hagane” y puede ayudar a mejorar la durabilidad y la capacidad de retener el borde de la hoja.
Madera: la madera es un material común para los mangos de los cuchillos japoneses. La madera de magnolia y la madera de cedro japonés son opciones populares debido a su durabilidad y resistencia al agua.
Otros metales: algunos fabricantes pueden agregar otros metales a la hoja del cuchillo, como el níquel, el cobre o el hierro fundido. Estos metales pueden agregar resistencia o mejorar la apariencia del cuchillo.